El ejercicio físico implica la liberación de endorfinas endógenas, así como evita la perdida de masa muscular y ósea y evita la inflamación articular por efecto de las interleukinas. Esto supone uno de los pilares del tratamiento antiedad.

El plan de ejercicios debe ser personalizado, dependiendo de la edad y el estado físico del paciente, debe ser de intensidad inicial leve y aumentar de manera progresiva. Implica tres niveles de ejercicio:

-Aeróbico: Activa procesos metabólicos y hormonales muy beneficiosos para el paciente, así como potencia el sistema cardiovascular y genera la liberación de endorfinas.

-Musculación-Tonificación: Permite mantener la masa muscular y previene la osteoporosis. Siempre con prudencia para no generar daños articulares por sobrecargas.

-Estiramientos: Implica acción articular sin resistencia. Son fundamentales para permitir una adecuada lubrificación articular, mejorando la amplitud de movimientos de la articulación y evitando la anquilosis de la misma.

También proponemos en aquellos pacientes en los que problemas artrósicos o de limitación en movilidad articular el uso de la neuroestimulación muscular como un medio muy útil para mantener un tono muscular adecuado.